En la comunidad científica se admite el razonamiento de que todo proceso de investigación ha de estar encaminado a la elaboración de nuevos conocimientos y que esos conocimientos tienen como destino el esclarecimiento de los enigmas del saber. Por otro lado, el fin que se persigue con esos conocimientos forma parte de la búsqueda no solo del sentido de existencia de la ciencia, sino también de la interrelación que debe tener con los modelos de desarrollo que condicionan la vida social.
 
Sin embargo, es notable que al final esos conocimientos no se transforman en beneficios tangibles para la comunidad. El hecho de encontrar y originar conocimientos desconocidos no significa siempre el alcance de la condición de ser suficientes y provechosos a las realidades sociales.
 
De allí que en la Universidad Deportiva del Sur (Udesur) se ha analizado en profundidad y reconsiderado el papel, que hasta ahora, ha desempañado la investigación científica sobre todos sus fines, imaginando nuevas estrategias para revertir de algún modo los modelos impuestos y rescatar ese valor como camino indispensable para el auge de los países.
 
La indagación científica debe ponerse, pues, en contacto directo con la gente, pero mediante la conjunción del pensamiento científico y el pensamiento humanístico. El vínculo entre ambas condiciones humanas, debe encargarse de recordar la relación permanente que debe existir entre saber y conciencia, el lazo entre resultados y el bienestar común.
 
La relación entre docencia e investigación
 
Se debe tener claro que sin la investigación, la docencia es un conjunto de conceptos estáticos y atrapados en el tiempo, que no podrían renovarse. Es un elemento, que apuntala lo docente y consolida la labor de extensión de la institución universitaria, pues sin ella esas respuestas, con las cuales se intentan resolver los problemas de la comunidad, estarían incompletas, probablemente obsoletas, ya que la investigación es lo único que permite que las respuestas a los problemas sean cónsonas con nuestra realidad.
 
Es por ello, que la exploración científica es el eje fundamental para lograr una universidad que se corresponda con las respuestas que requiere la sociedad. Una universidad que pretenda posesionarse de las soluciones de los problemas de la colectividad, solo puede hacerlo mediante los conocimientos actualizados que proporciona la investigación.
 
Para el Gobierno Venezolano el sueño es que la investigación juegue un papel protagónico en las instituciones. Para ello se debe crear una cultura investigativa en todos los espacios, fomentando mucho más la búsqueda de saberes, porque en la medida en que se fortalezca y se incremente, tendrá un mayor impacto en la formación de nuevos profesionales críticos, lideres, que necesita la sociedad.
 
Es por todo ello, que corresponde hacer un nuevo esfuerzo para impulsar las universidades venezolanas y su presencia y proyección internacional. Esfuerzo desde el interior de las universidades, pero también desde la sociedad apoyando  y valorando las acciones y esfuerzos que se realicen. No se puede, ni se debe renunciar a que algunas universidades venezolanas sean consideradas referencia en el ámbito internacional, formando parte de la élite universitaria latinoamericana.
 
Para ello es necesario favorecer la especialización y diferenciación de las instituciones, así como un mayor nivel de competitividad, facilitando, cuando sea oportuno, las alianzas interuniversitarias e interinstitucionales en proyectos científicos conjuntos con el objetivo de potenciar las capacidades académicas y científicas de excelencia.